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LOS RESPONSABLES DEL DESASTRE DE LA FINAL DE LA CHAMPIONS

A pesar de haber pasado más de un mes desde la Final de la Champions en la que el Real Madrid se impuso al Liverpool, aun no se han depurado las responsabilidades de la lamentable gestión que se vivió en los prolegómenos del partido.

Adrián Castro Gálvez

Fecha 05/07/2022

A pesar de haber pasado más de un mes desde la Final de la Champions en la que el Real Madrid se impuso al Liverpool, aun no se han depurado las responsabilidades de la lamentable gestión que se vivió en los prolegómenos del partido.

Los hechos concretos a los que nos referimos fueron los incidentes previos al inicio del partido que sufrieron tanto aficionados del Real Madrid como del Liverpool, debida la negligente organización tanto del país anfitrión como de UEFA como organizadora del torneo. Esta negligente gestión comenzó desde la designación del Stade de France como sede para la final de la Champions, recordemos que dicha designación vino precedida de la sanción a Rusia por la invasión a Ucrania, ya que la sede original era San Petersburgo. En ese momento fueron varias las voces discordantes, ya que no se siguió el mismo procedimiento que el habitual para la designación de una sede de final europea, sino que, dada la urgencia, casi por consenso interno de UEFA se decidió trasladarla a Francia. Sin embargo, parece que nadie ni en UEFA ni en la Federación Francesa de Fútbol, sopesó la idiosincrasia propia de la esa comuna del norte de París antes de tomar la decisión, la cual se caracteriza por ser una zona bastante peligrosa. Es más, una leyenda del fútbol francés como es Thierry Henry ya advertía que Sant Denis no era París, que está cerca, pero no es París, refiriéndose a la inseguridad del barrio.

Pues bien, como era de esperar, celebrar una final de la Champions con más de 80.000 espectadores en uno de los suburbios más peligrosos de París, tuvo como resultado numerosos robos y agresiones a aficionados de ambos equipos, incidentes con la Policía y el retraso de más de media hora del inicio de la final.

Todos estos hechos se unen a la lamentable gestión de la comunicación de los hechos que se llevó a cabo tanto por las autoridades francesas como por la UEFA, quienes desde un primer momento atribuyeron todas las culpas de los incidentes a los hooligans ingleses. Tan solo días después de la final y del ridículo internacional, desde la organización se comenzó a señalar al barrio y desde UEFA se encargó un informe de un tercero para esclarecer los hechos y depurar responsabilidades internas.

Con independencia de las responsabilidades internas tanto de UEFA como del Ministerio del Interior francés, por el lamentable dispositivo de seguridad ante tan magno evento, quién debe responder por los daños personales y materiales a los aficionados que sufrieron las agresiones.

Dejando de lado las responsabilidades penales de los autores materiales de los robos y agresiones, y desde un plano civil puro como organizadores del evento deben responder ante los aficionados tanto las autoridades francesas como la federación francesa de fútbol y UEFA.

Sin embargo, UEFA se podría librar de la responsabilidad de los hechos, y exigir a la federación francesa que se hiciera cargo de los daños, atendiendo al tenor literal del artículo 7.2 del Reglamento de la UEFA Champions League, el cual dispone, que la Federación anfitriona responderá de la seguridad del evento antes, durante y después del partido. Igualmente, el mismo artículo permite a UEFA pedir explicaciones por incidentes a la Federación anfitriona, así como imponerle sanciones.

Por lo que, entendemos que los aficionados que sufrieron agresiones pueden dirigirse tanto a las autoridades francesas como a la federación francesa de fútbol y a UEFA para reclamar los daños que sufrieron como consecuencia de la desastrosa organización de la final de la Champions en el Stade de France, siendo competente para la resolución de dichas reclamaciones los tribunales franceses.

Así, y como hemos dicho dejando totalmente las acciones penales directas que los aficionados de los club puedan llegar a interponer contras los autores de sus agresiones y robos, siempre les quedaría la opción de reclamar a los organizadores del evento (autoridades francesas, Federación Francesa de fútbol y UEFA) por los daños sufridos, tanto los materiales (como pueden ser los objetos sustraídos) como los daños morales por convertir lo que debía ser el día más feliz de su vida en un momento que olvidar, en el que la ilusión por ver jugar al equipo de tu vida una final de la Champions se convierte en miedo y pánico ante situaciones de violencia absoluta que no contaron ni siquiera con el amparo policial suficiente, que solo se empleó con dureza con los aficionados ingleses que desesperados por entrar en el partido comenzaron a intentar entrar de cualquier manera.

Esperemos que este bochorno histórico debido a una clara mala elección del escenario de la final sirva a la UEFA a la hora de fijar las sede de las finales a analizar pormenorizadamente el lugar donde piensa mandar a los aficionados.

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